Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Reyes 13, 8-25

8 Dijo el hombre de Dios al rey: «Aunque me dieras la mitad de tu
casa no entraré contigo y no comeré ni beberé agua en este lugar,

9 porque así me lo ha ordenado la palabra de Yahveh: No comerás pan
ni beberás agua ni volverás por el camino por el que has ido.»

10 Y se fue por otro camino, no volvió por el camino por donde había
venido a Betel.

11 Vivía en Betel un anciano profeta. Vinieron sus hijos y le contaron
cuanto había hecho aquel día el hombre de Dios en Betel, contaron a
su
padre las palabras que dijo el rey.

12 Su padre les dijo: «¿Por qué camino se ha ido?» Sus hijos le
mostraron el camino por el que se fue el hombre de Dios que vino de Judá.

13 Dijo a sus hijos: «Aparejadme el asno.» Y aparejaron el asno y se
montó sobre él.

14 Fue en seguimiento del hombre de Dios y le encontró sentado bajo
el terebinto y le dijo: «¿Eres tú el hombre de Dios que ha venido de Judá?»
El respondió: «Yo soy.»

15 Le dijo: «Ven conmigo a casa y comerás algo.»

16 Respondió: «No puedo volver contigo ni puedo comer pan ni beber
agua en este lugar

17 porque la palabra de Dios me dijo: No comerás pan ni beberás agua
ni volverás por el camino por el que viniste.»


18 Pero él le dijo: «También yo soy profeta como tú, y un ángel me ha
hablado por orden de Yahveh diciendo: Hazle volver contigo a tu casa para
que coma y beba agua», pero le mentía.

19 Se volvió, pues, con él y comió pan y bebió agua en su casa.

20 Estando ellos sentados a la mesa, fue dirigida la palabra de Dios al
profeta que le había hecho volver,

21 y gritó al hombre de Dios que vino de Judá, diciendo: «Así dice
Yahveh: Porque has desobedecido la voz de Yahveh y no has guardado la
orden que Yahveh tu Dios te había dado,

22 sino que te has vuelto y has comido pan y has bebido agua en el
lugar del que dijo: No comerás pan y no beberás agua, tu cadáver no entrará
en la tumba de tus padres.»

23 Después de haber comido y bebido, el profeta que le había hecho
volver le aparejó su asno.

24 Partió, y un león le encontró en el camino y le mató; su
cadáver
yacía en el camino y el asno permanecía junto a él; también el
león
permanecía junto al cadáver.

25 Pasaron algunos hombres que vieron el cadáver tirado en el camino
y al león que permanecía junto al cadáver; entraron y lo contaron
en la
ciudad en que vivía el anciano profeta.